Luis Daniel Ramones Cayama
Los mayores robos a casinos de todos los tiempos que presentamos en esta nota son precisamente 3 historias muy particulares que relatan bien el apasionado mundo del casino y su trayectoria en 3 distintas épocas de las historia.
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Los mayores robos a casinos de todos los tiempos | Top 3 de los robos más famosos en Las Vegas
Robo silencioso al Casino Stardust
Hay un dicho latino que dice: perro que ladra, no muerde. Quizás pudiéramos aplicar ese refrán a los asaltos, ya que uno de los robos más famosos a casinos fue precisamente silencioso.
Sucedió una mañana de septiembre de 1992, cuando Bill Brennan decidió marcharse de su puesto de trabajo en el casino Stardust de Las Vegas. La ciudad del pecado siempre ha estado llena de casinos, pero en ese entonces los establecimientos no contaban con las medidas de seguridad que conocemos en la actualidad.
Bill, empleado del casino, logró abandonar su puesto de trabajo con una bolsa con 500.000 dólares en efectivo, además de varias fichas de casino. La policía de Nevada tardó horas en descubrir al autor del robo. Esto debido a que Brennan, siendo empleado del casino (que a su vez también era hotel), conocía muy bien las debilidades del establecimiento en cuanto a seguridad.
Cuando la policía pudo conocer al autor de uno de los robos más famosos a casinos, ya era demasiado tarde. Al llegar al apartamento de Bill, ya se había marchado sin dejar rastro alguno. Hasta el día de hoy muy poco se sabe de Bill Brennan. Lo que es seguro es que figura entre los mayores robos a casinos de todos los tiempos.
También se sabe que poco tiempo antes del robo, Bill había solicitado un ascenso al puesto de gerente, siendo cajero del casino/hotel. Su idea fue rechazada y muchos dicen que el robo fue más una venganza que otra cosa. Parece que nunca lo descubriremos.
Un asalto romántico al Casino Circus Circus de Las Vegas
Este asalto tiene la particularidad de darnos una lección acerca de las cosas que nunca deberíamos hacer por amor, sin importar lo enamorados que estemos.
Heather Catherine Tallchief con apenas 21 años de edad, era la conductora de vehículos blindados que surtían dinero en los cajeros de los casinos de Las Vegas. Estando muy enamorada de un criminal de nombre Roberto Solís, Heather vio la oportunidad de hacer una vida de película junto al hombre de sus sueños.
Solís tenía en ese entonces 44 años de edad, más del doble de la edad de Heather. Ella, enamorada, se dejó llevar por los cálculos de Roberto, quien ya tenía preparada una logística para que su chica se hiciera con 2.5 millones de dólares.
¿La estrategia? Aprovechar mientras los compañeros de Heather surtían los cajeros del Circus Circus para escaparse con el monto que aún quedaba en el camión. Al estacionarse en el Circus Circus, el camión tenía 4.5 millones de dólares, de los cuales 2 debían ser entregados allí. Heather tenía un lapso de 45 minutos que supo aprovechar, escapando con 2.5 millones de dólares en busca de Roberto.
Ambos se escaparon con el botín en un jet privado y no se supo más de ellos hasta 2005, cuando Heather se entregó a las autoridades luego de haber pasado los años previos como empleada de un hotel en Europa. El final de Heather fue bastante triste porque Roberto Solís escapó con todo el dinero, abandonándola el día que supo que ella esperaba un hijo de él.
El robo más tonto de todos al Casino Bellagio de Las Vegas
Si la historia de Heather te pareció un final triste, espera a que conozcas otro de los mayores robos a casinos de todos los tiempos considerado el más tonto de todos. Anthony Carleo, estudiante de 29 años de edad, llegó al casino Bellagio en 2010 como cualquier otro jugador, solo que estaba armado y con intenciones de hacerse con varios cientos de miles de dólares.
De hecho, lo logró. Se acercó a una mesa, tomó todas las fichas que pudo y se marchó del casino a mano armada con fichas valoradas en 1.5 millones de dólares. Lo que no sabía Anthony es que esas fichas, al menos las de mayor valor, solo eran válidas en el casino Bellagio. Además, tenían un sistema de radiofrecuencia para ser identificadas, y después del robo habían sido anuladas por completo.
Anthony intentó cambiar las de menor valor, pero esto solo era posible dentro del casino. Las de 25.000 dólares ya habían sido anuladas, sólo podía intentar hacerse con unos 400.000 dólares en fichas pequeñas, algo que de igual modo no pudo lograr.
Su mejor idea fue tratar de usar las fichas jugando, con el objetivo de multiplicar su dinero. Sin embargo, lo que terminó ocurriendo es que perdió todas las fichas pequeñas. Solo le quedaban las grandes que en teoría no eran útiles ya, pero Anthony quiso hacer una última jugada para tratar de salirse con la suya.
Al tratar de vender las fichas por internet en 2010, fue descubierto por una persona ligada al casino que se hizo pasar por comprador. Carleo terminó en la cárcel sin poder hacer que el robo fuese como él esperaba.
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