Los Arizona Cardinals recibieron este lunes un duro golpe para la temporada 2022 ya que no podrán contar en el inicio de la misma con DeAndre Hopkins, su receptor estrella y uno de los mejores de la NFL en la última década. Según reveló el periodista de ESPN, Adam Schefter, Hopkins se perderá los primeros seis compromisos de los Cardinals luego de recibir una suspensión por parte de la NFL al violar la política de sustancias prohibidas de la liga.
Esto sin duda es un duro golpe para las aspiraciones de los Cardinals, quienes seguramente ya estaban en conocimiento de la posible sanción y por eso adquirieron desde los Baltimore Ravens a Marquise Brown. Recordemos que durante la primera ronda del Draft 2022 de la NFL, que se realizó el pasado jueves, Brown llegó a Arizona, junto a la escogencia número 100, a cambio del pick número 23.
Inicialmente el cambio resultaba lógico luego de que Christian Kirk, uno de los mejores receptor de Arizona el año pasado, firmara como agente libre con los Jaguars. Pero ahora, tras la noticia de Hopkins, el movimiento se hace mucho más sensato.
Si bien Hopkins no jugó los últimos seis encuentros de la ronda regular en la campaña anterior, ni tampoco el Juego de Comodín de la NFC debido a una lesión en la rodilla, se esperaba que el cinco veces Pro-Bowl y tres veces All-Pro llegara recuperado a la pretemporada.
Con la ausencia de DeAndre Hopkins la primera opción de pase para Klyer Murray será el experimentado A.J. Green, quien ya vio acción la campaña pasada con los Cardinals y firmó nuevamente por un año el pasado mes de abril. Por su parte, Brown se convierte en la segunda opción, mientras que Rondale Moore ocuparía el tercer puesto.
Los números que se pierde Arizona sin DeAndre Hopkins
A pesar de jugar con molestias físicas, DeAndre Hopkins siempre aparece en los momentos oportunos y la campaña pasada, si bien en los diez compromisos que disputó en la ronda regular sumó 572 yardas, cifra bastante baja para sus estándares, este lideró el equipo con ocho pases de anotación.
Hopkins ya había deslumbrado a todos en Arizona durante su primer año, 2020, cuando recibió 115 pases, sumó 1.407 yardas y consiguió seis touchdowns. Convirtiéndose, de inmediato, en el mejor aliado de un joven Murray.
El receptor de 29 años de edad debutó en 2013 con los Houston Texans y en su paso de nueve zafras en la NFL registra 10.581 yardas aéreas y 68 TD anotados. En 2017 lideró la liga en este renglón con 13 y en seis ocasiones ha sumado al menos 1.000 yardas por aire.
Una verdadera máquina de anotación aérea que no podrá tener la ofensiva de los Rams en una división que apunta a ser muy peleada junto a los actuales campeones, Los Angeles Rams.