Con el lockout de la MLB todavía impuesto y con pocas señales de que está cercano a terminar, las amenazas empiezan a convertirse en realidades para mucha gente involucrada en el gremio del béisbol, sobre todo para ellos quiénes están llevando parte de la batalla para encontrar un acuerdo que soluciones todos los problemas colectivos están en disputa hoy en día.
Y no hablamos de los dueños. Quiénes la tienen peor en una situación como esta al final del día son los mismos jugadores de la MLB, que no sólo arriesgan a perder una gran cantidad de salario por cada día de posible retraso que tenga la temporada regular: también arriesgan que sus llegadas a la agencia libre se extiendan.
El calendario de la temporada regular se extiende a través de 186 días, los cuáles conforman el 100% de los salarios base de cada jugador. De aplazarse el inicio de la temporada regular al no llegar a un acuerdo entre dueños y jugadores para el 28 de Febrero, como estipuló la MLB, el primer aplazamiento será habilitado.
De ahí en adelante los jugadores perderían como conjunto un total de $20,500,000 millones de dólares por cada jornada no disputada, que de extenderse al peor de los casos posibles (la cancelación completa de la temporada) podría incrementar esta cantidad hasta los $3,800,000,000 billones de dólares.
Fuera de los número cumulativos, si el salario mínimo estipulado para las grandes ligas fuera la cantidad ofrecida por los dueños en su última oferta hasta el momento: $630,000 dólares, eso significaría que cada jugador en un contrato mínimo perdería $3,387 dólares por cada día que no se celebre la temporada regular de las mayores.
Jugadores como Max Scherzer y Gerrit Cole, que no sólo son de los individuos mejor pagados dentro del béisbol, sino que también forman parte del sub-comité de la unión de jugadores que actualmente está negociando por el nuevo acuerdo colectivo (conformado por ocho personas en total) tendrían perdidas aun más incrementadas:
- Max Scherzer, New York Mets: $232,975 dólares por día.
- Gerrit Cole, New York Yankees: $193,548 dólares por día.
- Francisco Lindor, New York Mets: $172,043 dólares por día.
- Marcus Semien, Texas Rangers: $134,409 dólares por día.
- Zack Britton, New York Yankees: $75,269 dólares por día.
Algo en común de todos estos jugadores previamente mencionados es el hecho de que todos pertenecen a un equipo de gran mercado mediático, dejando en evidencia una de sus exigencias más claras en la negociación: a través de la repartición más igualada de ganancias entre todos los clubes de la MLB, más equipos tendrán presupuesto para entregar contratos de altas cantidades, de esta forma ayudando a la competitividad del béisbol.
A su vez, los jugadores también quieren incrementar la cantidad límite para llegar a la tasa de lujo, un impuesto que penaliza a los equipos de las grandes ligas al superar cierta cantidad de dinero en su presupuesto anual. Estas perdidas que explicamos anteriormente no incluyen bonos singulares que los contratos de cada jugador pueda tener: número de presencias, participación en el All-Star Game, entre otros, que también resta la ganancia del mismo usuario conforme se aplace la temporada.
Más allá de solo el dinero, jugadores que tienen en su futuro próximo entrar a la agencia libre también se ven afectado por el retraso de la temporada regular: a menos que su franquicia quiera reconocer el tiempo perdido de su tiempo de servicio en la mayores (condición que nunca se ha dado antes). Esto quiere decir que por ejemplo: Shohei Ohtani, la estrella de Los Angeles Angels tiene su primera oportunidad en la agencia libre durante el inicio de la campaña 2023. De perder los 15 primeros días de la temporada regular, este ingreso al mercado de jugadores se aplaza hasta el año 2024 por cuestiones de tiempo de servicio.
Y este no es el único caso que existe, por lo tanto, las jóvenes estrellas, que también son parte esencial dentro del esquema de exigencias de la unión de jugadores en este momento, se verían afectadas en aún mayor escala con respecto a su futuro.
Hay aún más capas dentro de toda esta situación: no hemos hablado de dinero referido a años después en contratos como el de Francisco Lindor, tampoco hemos hablado de las pérdidas sufridas por equipos a través de cada partido aplazado, pérdidas por parte de servicios de transmisión ya sea por cable o streaming, y muchas otras cosas que acarrean la suspensión prolongado de partidos en la temporada regular.
Una cosa está clara: perder juegos no es una ventaja para nadie, todo lo contrario, cada uno dentro del gremio del béisbol pierde, en especial con los fanáticos. La MLB y los jugadores deben dejar a un lado sus diferencias »personales» y »orgullo», y definir sus diferencias de la mejor forma para ambas partes. Esta es la única manera de no seguir perjudicando el deporte que tanto queremos.