La NFL amaneció el pasado miércoles 16 de febrero escandalizada, luego de que un reportaje de ESPN pusiera en tela de juicio a los Dallas Cowboys y a su ex vicepresidente, Richard Dalrymple.
Según un extenso reporte del medio deportivo, y que fue escrito por el periodista Don Van Natta Jr., el 2 de septiembre del 2015, durante el banquete inaugural benéfico organizado en el A&T Stadium, Dalrymple grabó y tomó fotos a cuatro porristas del equipo mientras estas se cambiaban en el vestidor.
En primera instancia, las cheerleaders suponían que la persona que había entrado era uno de los dos guardias de seguridad destinados a cuidarlas, Sin embargo, al ver que la puerta del cuarto no se cerró, una de ellas se acercó y vio a Dalrymple tomando fotos con su celular.
Según cuenta Van Natta Jr., la fuente indica que la porrista reconoció de inmediato a Dalrymple ya que era una de las que más tiempo tenía animando para los Dallas Cowboys. Al ser increpado con un «qué estás haciendo», el ex directivo guardó rápidamente el celular negro y salió corriendo.
El otro guardia de seguridad colocado en la puerta donde sucedió el incidente, fue notificado de inmediato por las porristas y este tenía intenciones de llamar a la policía. Sin embargo, esto no ocurrió.
Las porristas, que se cambiaban luego de su actuación en el banquete e iban a subir para compartir con los invitados, regresaron retrasadas al compromiso y su líder y ex porrista de los Dallas Cowboys, Kelli Finglass, le consultó, frente a varios patrocinadores del equipo que por qué el retraso. Al momento ellas respondieron que simplemente se demoraron, pero una vez concluida la actividad estas confesaron a Finglass lo sucedido.
El incidente fue reportado al departamento de recursos humanos de los Dallas Cowboys, que momentos más tarde comenzó la investigación. Jason Cohen, abogado oficial de la organización, junto a personal de recursos humanos tomaron las declaraciones vía telefónica de las porristas, el guardia de seguridad, y otros dos empleados que pudieron ser testigos.
Además, se confiscó el iPhone de la empresa asignado a Dalrymple, y se obtuvieron las contraseñas para su teléfono y para su cuenta de iCloud. Cohen también llevó a cabo la primera de múltiples entrevistas con Dalrymple, quien admitió usar su tarjeta de seguridad para ingresar a lo que pensaba era un vestidor vacío. También negó haber utilizado su teléfono para guardar imágenes de las mujeres.
Porristas contra los Dallas Cowboys
Al ver que la investigación interna de los Dallas Cowboys parecía no responder a lo que ellas esperaban, las porristas buscaron un bufete de abogados que pudiera ayudarlas a manejar mejor la situación y que Dalrymple fuera castigado por sus actos.
Tras varios meses de investigación y alegatos, la investigación seguía inclinándose a favor de Dalrymple, a pesar de que las evidencias apuntaban a que las porristas tenían razón en lo sucedido y buscaban que la persona fuera castigada.
En medio de la investigación, los abogados de las porristas se encontraron con otra acusación en contra de Dalrymple. Randy Horton, un aficionado de toda la vida de los Cowboys, había visto como el directivo, durante la transmisión en vivo de la sala de reuniones del equipo en el Draft de 2015, le tomaba fotos a Charlotte Jones, hija del dueño Jerry Jones.
Esto fue usado por las porristas para mostrar las conductas inapropiadas de Darymple. Por su puesto, que esto fue negado por los Dallas Cowboys y la propia Jones, hasta que Horton aceptó hacer una declaración jurada de lo que vio.
El 16 de mayo de 2016 «se confeccionó el acuerdo económico y de no divulgación, obligando a las mujeres y ejecutivos del equipo al secreto. El 16 de mayo del 2016, el acuerdo fue firmado por las cuatro porristas, sus esposos y abogados. La familia Jones –Jerry Jones, sus hijos Stephen y Jerry Jr., y Charlotte Jones Anderson– y Dalrymple firmaron poco tiempo después, negando que cualquier conducta inapropiada y el supuesto voyeurismo haya ocurrido», señala el reporte de ESPN.
Si bien una fuente negó que la declaración de Horton fuera la causante de los 2.4 millones de dólares otorgados a las porristas, ESPN confirmó que el equipo pagó inicialmente a las porristas, esposos y abogados, un total de 1.8 millones de dólares en junio del 2016. Cada porrista recibió 249.523,37 dólares, con las tres firmas de abogados recibiendo el resto. Otro pago de 600 mil dólares se hizo por los Cowboys a lo largo del siguiente año, con tres porristas recibiendo 12.500 dólares mensuales por un año, y una cuarta recibiendo 150.000 dólares después de su campaña final.
Dalrymple, quien siguió trabajando con los Cowboys hasta el pasado 2 de febrero, siempre negó los alegatos en su contra y nunca perdió poder dentro del equipo. Sin embargo, poco antes de este reportaje, el directivo decidió dar un paso al costado tras 32 años con la organización.