Pedro Oliveira
Camino a la entrega de los premios de temporada en esta edición del fútbol americano, lo más discutido probablemente fue el duelo entre Aaron Rodgers y Tom Brady por quién merecía llevarse el MVP de la NFL en la campaña 2021-2022. Ambos competían por lograr el cuarto reconocimiento de su carrera, que los pondría a cualquiera de los dos en el segundo puesto histórico, solo detrás de Payton Manning (que tiene 5 en total).
El vencedor de la gala fue el quarterback de los Packers, quién logró su segundo MVP consecutivo y escaló hasta esa segunda posición que ambos esperaban lograr. Aún con los números fuera de proporción de Brady son increíblemente difíciles de ignorar y actuar que es »solo una temporada más» de quizá el mejor de la historia en su posición, Rodgers también había tenido una campaña lo suficientemente completa para ser el favorito al galardón. En esta nota, discutiremos brevemente si fue merecido o no este título para el veterano de 38 años.
Empecemos por desplegar el caso para Brady y sus números: los Tampa Bay Buccaneers terminaron la temporada ganando la división sur de la conferencia Nacional con un récord de 13-4, empatado con Green Bay como las mejores marcas de la liga, en esto ambos se anulan fácilmente. Pero sus números individuales por un lado, superan por bastante a los de Aaron Rodgers.
485 pases completados en 719 intentos (ambas cantidades que lideraron la liga), con 5316 yardas acumuladas (marca más alta en su carrera y en donde también lideró la liga) para un porcentaje de efectividad del 67.5% en 17 partidos disputados.
Eso sí, 12 intercepciones ensuciaron un poco la enorme campaña de Brady, pero lanzando más de 700 pases es bastante complicado no tener una cantidad alta de intercepciones al ser una de las armas más peligrosas de la NFL: 43 touchdowns logrados es la segunda marca más alta en la carrera del veterano de 42 años, ganando también 7.4 yardas por cada intento de pase y 11 por cada pase completado.
Estos números fuera de serie le sirvieron para un rating de 102.1 y un promedio de yardas ganadas por juego de 312.7. Se estarán preguntando que con tales números, que superan a la mayoría de los Rodgers (algunos por bastante diferencia), ¿cómo no fue Tom el MVP? No tiene sentido ¿no?
Si lo tiene, y todo se basa en que Aaron con menos, logró básicamente lo mismo que Brady, y con una efectividad mucho mejor.
Rodgers tuvo el mejor porcentaje en touchdowns por intento de pase con un 7% en toda la NFL, consiguiendo 37 anotaciones y sólo 4 intercepciones, dándole un 0.8% de porcentaje de intercepción por pase intentado (también el mejor registro de toda la liga) durante los 12 encuentros en el que estuvo a la cabeza de la ofensiva de los Packers.
531 de sus pases llegaron a destino 366 veces, para un porcentaje de efectividad del 68.9% y un total de 4115 yardas acumuladas. Aaron también supera a Brady en cuanto a yardas ganadas por intento de pase (7.7) y yardas ganadas por pase completado (11.2).
La mezcla de esta efectividad con totales reducidos hicieron que el dorsal 12 de Green Bay liderara la liga en rating (111.9) y quarterback rating (69.2). La realidad es que la película de Brady está excelente, siendo esta su temporada de retiro definitiva (hasta los momentos) y aun consiguiendo números que superan al 90% de la NFL en su posición, es algo que en ningún deporte hemos visto con la consistencia del QB de los Bucs. Pero Rodgers hizo lo suyo y lideró a Green Bay a pesar de todas las polémicas en su entorno, hizo todo lo necesario y correcto para que los Packers siguieran siendo el mejor equipo sobre el terreno (al menos en la temporada regular).
El final ya está escrito y Rodgers es el dos veces MVP de la NFL de manera consecutiva, siendo el primero desde el mismo Peyton Manning en lograrlo desde las campañas 2008 y 2009. Ninguna decisión habría dejado satisfechos a todos los fanáticos de la liga, pero ninguna era una opción equivocada.
Estamos a la espera de saber si el jugador más valioso del fútbol americano regresará a sus Green Bay Packers nuevamente, se retirará, o escogerá liderar una aventura en otra franquicia, como lo hizo Brady los últimos dos años. Todo con el mismo objetivo: ganar otro Superbowl.
