Hiram Moreno
En la vida hay altas y bajas, y el mundo del deporte también cumple con esta norma. Hay días buenos y días malos, pero hay ocasiones en que los atletas y deportistas parecen haberse levantado con el pie izquierdo, y esto en un ambiente de alta competitividad y donde todos buscan dar lo mejor de sí siempre destaca por lo contrastante que és con respecto a otros rendimientos.
En esta ocasión en JefeBet vamos a rememorar algunas de las peores actuaciones deportivas en toda la historia.
Una carrera de toda una vida
Esta anécdota puede ser catalogada tanto como curiosa como una de las peores actuaciones para un maratonista en la historia.
Shizō Kanakuri debía participar en las Olimpiadas de 1912 en Suecia, pero ir de su natal Japón hasta dicho país no era nada sencillo en esos tiempos, y todo el viaje acabó mermando su rendimiento.
Tomó el transiberiano para llegar a Estocolmo en un viaje que duró 18 días, durante los cuales no vivió en las mejores condiciones: incomodidad, incapacidad de dormir… más que entendible la situación del nipón. Una vez llegó a Suecia, la situación no mejoró, ya que la comida local le causó indigestión e intoxicación, por lo que sus días previos a la maratón de las Olimpiadas no fueron los mejores.
Llegó el día de la carrera, pero al no estar en sus mejores condiciones acabó desplomándose antes de completar los 42 kilómetros. Un granjero local lo encontró y le proveyó de ayuda para recuperarse. Una vez se encontró en mejor salud, Shisō Kanaguri volvió a Japón sin notificárselo a los jueces de la carrera, quienes lo dieron por desaparecido.
No fue hasta más de 50 años después que las autoridades suecas dieron con él, y descubrieron que continuó participando en otros maratones. En 1967, la comisión sueca de Atletismo se puso en contacto con Kanakuri y lo invitaron a terminar la carrera, y el nipón acepto con gusto, aunque en esta ocasión viajó en una aerolínea mucho más cómoda.
El maratonista completaría la carrera en 54 años, 8 meses, 6 días, 5 horas, 32 minutos y 20.3 segundos, y durante el camino contrajo matrimonio, tuvo seis hijos y diez nietos.
David Luiz haciendo cosas de David Luiz
El bajón de rendimiento de David Luiz conforme avanzaba su carrera es innegable. El David Luiz por el cual el Arsenal pagó al Chelsea no era el mismo por el cual los «Blues» pagaron 25 millones de euros al SL Benfica en 2011, y un partido ante el Manchester City en junio de 2020 dejó esto en clara evidencia.
El brasileño entró como recambio en el minuto 24 de la primera mitad y tan pronto llegó al campo de juego la defensa comenzó a mostrar flaquezas. Ya acercándose el final de la primera mitad, David Luiz despejó un centro de manera errónea, regalando el balón para que Raheem Sterling marcara el 1-0.
La segunda mitad no comenzó mejor. Los «Citizens» le entregaron el balón a Riyad Mahrez, quien fue superando a Luiz en velocidad y este no tuvo más remedio que cometerla un penal, y al ser último hombre el árbitro no dudo en expulsarlo en el minuto 49.
25 minutos, un error que acabó en gol, un penal y una tarjeta roja. Actuación infame que será recordada por muchos años.
El rey de los «Golden Sombrero»
Muchos puede argumentar que golpear una pelota de béisbol lanzada a más de 100 kilómetros por hora es una de las tareas más difíciles en todo el deporte. Bueno, capaz por eso algunos jugadores llegan a cobrar hasta 20 millones de dólares al año… una cifra «justa» por darle a una pelotita que a veces ni tu ojo puede llegar a mirar.
Si quieres saber que tan difícil es batear, puedes preguntarle a Geoff Jenkins, el jugador de los Milwaukee Brewers que en junio de 2004 en un juego contra Anaheim quiso llevar el «Golden Sombrero» más allá y se puso zapatillas, pantalones y camiseta dorada luego de haberse ponchado en seis ocasiones durante el juego, siendo uno de apenas ocho jugadores en la historia de la MLB que cuentan con este dudoso honor.
El cuadruple doble
La carrera de Jason Kidd en la NBA ha sido memorable, y no por nada forma parte del Salón de la Fama de la liga. Kidd, quien actualmente ejerce como head coach de los Dallas Mavericks, era uno de los jugadores más completos en su época, con su habilidad para conseguir rebotes y dar asistencias estando aunadas a una gran capacidad de tiro.
Todo esto ayudó a que consiguiera triples dobles con regularidad. De hecho, Jason Kidd cuenta con la cuarta mayor cantidad de triples dobles en temporada regular en la NBA (107), y también es cuarto en cuanto a triples dobles en postemporada (11). Sin embargo, un día Jason Kidd quiso ir un poco más allá y registrar un cuádruple-doble, aunque no uno de los buenos.
En un partido contra los Knicks en noviembre del 200, Kidd registró 18 puntos, 12 rebotes, 10 asistencias y 14 perdidas de balón, con esto último empatando la peor marca de toda la NBA en un sólo juego en este último rubro. Historia es historia en fin, y KIdd tiene mucho para ser recordado durante sus años sobre la duela.
